Mar del Norte

Esta mañana recibí en mi buzón de correo una alegre noticia: Julia me había escrito y encabezaba de esta manera su mensaje: "Duke. Pucha, haces falta parce, a la lata. No sabes, mejor dicho, lo bien que me sentaría un poco de sandeces y de cinismo por acá." Fue la mejor manera de empezar el día, atareado y tal pero la mejor. Justo después de salir de mi casa me encontré con Vivi que estaba esperando al otro lado de la séptima y le hice el chiste del viejo truco de correr junto con un bus para que cuando pase, el otro ya no lo vea a uno. Y se cagó de la risa, es que es muy bueno. Recuerdo una vez, años hará, en que María Isabel y yo nos cagamos de la risa porque lo habíamos hecho al tiempo. Después de despedirme de Vivi, vi a Prado pasando en la cicla por la cicloruta de la trece y le grité para que se devolviera. Hoy fui a la Casa de Poesía Silva para ver si había pasado algo con lo que había escrito, pero ni por las curvas. Eran ocho premios, y cuando terminaron de leer el séptimo y anunciaron a quién le había sido acordado el octavo, unos poeticas tristes y yo ya nos fuimos saliendo porque para qué más. Los poeticas tristes y yo salimos juntos, algunos se irían a la casa. Yo me fuí a comer y a tomar una cerveza, me fui a tomar la cerveza mejor del verano, y me comí unas albóndigas y unos jamones, ya que si no iba a celebrar por poeta, iba a celebrar por mi primer cheque de nómina. Después de comer, meé por la cerveza, y justo en la puerta me encontré con las chicas que estaban allí mismo en el restaurante y que me había dado pereza voltearme a saludar y que habían salido a fumar un cigarrillo. Le dije a una de ellas que bueno, que me contara un chisme y no me contó nada, entonces me terminé el cigarrilo y me fui para mi casa. Me había comido algo parecido a lo que me había comido en el El bar de Leo con mi hermano y con Juanma en bcn. A propósito, tengo que poner a punto las notas de esos días. Está por contar también la historia con É, que sí que ha dado para risas. Creo que se va a llamar Mar del Norte. Creo, igualmente, que es la primera vez que tengo un buen título y una, por lo menos, ya que no buena, historia.